viernes, 24 de febrero de 2012

Campaña sobre campaña



La Primera Campaña

Sin recursos, armamento, ni conocimiento militar, una pequeña banda (25 voluntarios) emprendieron, lo que seria la primera campaña de insurgencia encabezada por Morelos, recorriendo los poblados de Zacatula, Petatlán, Tecpan, El Zanjón y Coyuca.

El 12 de noviembre al frente de 2,000 hombres, logro apoderarse del poblado de El Aguacatillo, situado a las orillas de Acapulco.

De acuerdo con las instrucciones de Hidalgo, Morelos intentó la ocupación de Acapulco, pero ante la imposibilidad de lograrlo, se dirigió hacia el norte, logrando apoderarse de los poblados de Chilpancingo, Tixtla y Chilapa.

A diferencia del cura Hidalgo, que enfrentó a los ejércitos profesionales de los realistas, con las tropas integradas por decenas de miles de campesinos, rancheros y artesanos, sin entrenamiento militar y careciendo de un armamento adecuado, la estrategia de Morelos consistió en reclutar a los hombres mas aptos para el desempeño militar, dotándolos de entrenamiento y armas adecuadas. Bajo este principio, logró integrar tropas capaces de desplazarse con rapidez en caminos montañosos o de difícil transito, llevan su ejercito, acuñó monedas de plata y estableció los periódicos Sur y Correo Americano del Sur, como órganos de difusión del movimiento liberatorio.

Por la velocidad con que se desplazaba con sus tropas y la eficacia de sus acciones bélicas, Morelos llegó a ser conocido como el “Rayo del Sur”.

En agosto de 1811 Morelos contaba, según sus propias palabras, "con cuatro batallones en pie de guerra: uno para proteger los puertos de la costa; otro en El Veladero, fuera de Acapulco; un tercero en Tixtla y el último en Chilpancingo, para encargarse del abasto de pólvora". Desde el primer momento Morelos se inclinó por la proclamación de algunos principios revolucionarios, tomados de sus conversaciones con Hidalgo.

La Segunda Campaña

A mediados de noviembre de 1811, Morelos inicio su segunda campaña militar, cuyo objetivo final era el de apoderarse de las ciudades de México y Puebla, aunque en forma mas inmediata se proponía extender la rebelión al norte de la capital y proteger a la junta de Zitácuaro, fue derrotado por las fuerzas realistas al mando del brigadier Calleja. El 9 de febrero de 1812, las tropas de Morelos ocuparon la villa de Cuautla, con miras a continuar sobre Puebla.

En respuesta, el virrey Venegas, alarmado por la presencia de tropas insurgentes tan cerca de la ciudad de México, ordeno al brigadier Félix María Calleja que se dirigiera a Cuautla para exterminarlos.

Los realistas se prepararon para lo que Calleja considerara la batalla decisiva. Los insurgentes y los habitantes de Cuautla, por su parte, se dedicaron afanosamente a fortificar la ciudad y establecer un sistema de trincheras.

La Tercera Campaña

El 25 de noviembre de 1812, después de vencer a las fuerzas virreinales que la custodiaban, el ejército de Morelos se apoderó de Oaxaca. En esta ciudad, Morelos confiscó los bienes de los españoles, estableció una armería para abastecer de armas y municiones a su ejercito, acuñó monedas de plata y estableció los periódicos Sud y Correo Americano del Sur, como órganos de difusión de movimiento liberatorio.

La Cuarta Campaña

A principios de febrero de 1813, Morelos emprendió una nueva campaña, esta vez para apoderarse del estratégico puerto de Acapulco. Después de un prolongado sitio, el puerto de Acapulco cayó en manos de los insurgentes, el 19 de agosto.

Con la conquista de Acapulco, las fuerzas de Morelos lograron el control sobre una amplia porción del territorio de la Nueva España.

En la cúspide de sus logros militares, Morelos consideró, llegado el momento, de dotar al movimiento de las bases jurídicas y políticas que legitimaran su acción militar e hicieran posible la adhesión a su causa de amplios sectores de la sociedad. En estas circunstancias, convoco a la integración de un congreso Nacional.

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