La charanda es una bebida alcohólica regional mexicana típica del estado de Michoacán anteriormente llamada aguardiente, obtenida por destilación y rectificación de mostos fermentados reparados a partir de jugo de caña o de sus derivados, como son el melao (Jugo concentrado por evaporación), el piloncillo, la melaza o la propia azúcar cristalizada, o bien con subproductos del azúcar refinada como son las mieles incristalizables de los ingenios azucareros aledaños a Uruapan, o producto dañado que hacen que el azúcar no sea distribuida comercialmente por los ingenios.
El producto de la fermentación y posterior doble destilación del aguardiente pues, es un producto incoloro originalmente, con esencias a caña dulce principalmente, y se convierte en ambarino cuando es reposado en barricas de madera de roble o encino. Su concentración alcohólica va de 35% a 55% por cada 100CC.
Este destilado ha estado presente desde hace más de 150 años; incluso, es una de las razones por las que el nombre purépecha de "Charanda" persiste en su lengua materna, que significa tierra colorada en honor del cerro de la "Charanda Juata" que se localiza en la afueras de Uruapan a cuya falda se edificó la primera destilería aprovechando el piloncillo que produce la región y el oficio del mejor alambiquero de la zona Don Fidel Altamirano Contreras, en el edificio fincado por Don Eduardo Chávez Alba para establecer su fábrica de aguardiente, cuya viuda Doña Soledad de la Peña, en los años 60 la rentó a Don Alfonso Figueroa Torres, de prosapia aguardientera propietario de la Fábrica de "La perla" (Establecida en 1917) para que se siguiese produciendo el Aguardiente de Caña marca "Charanda", situación que prevaleció hasta los años 70, cuando fue dada por terminada la relación por la sucesión de la señora.
La charanda al igual que el ron tiene la ventaja de poder mezclarse con jugos, aguas frescas, refrescos embotellados y con otros licores.
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