El pequeño Teclo vivía felizmente con el cariño y amor que le daban sus padres, hasta que un día cuando cumplió los nueve años, su padre partió a San Luis Potosí con su hermano Nicolás. Su atmosfera de afecto y de seguridad moral y material quedó destruida. Sin embargo, su madre tomó las riendas cuentan que la dote que le dio la madre de Manuel a su familia fue una choza que se encontraba en malas condiciones. Más tarde trataron de buscar a Nicolás pero nunca dieron con su paradero.
Vino la pobreza y también la compañía de su abuelo materno José Antonio, durante cinco años. Luego murió y se fue con su tío Felipe a la hacienda Tahuejo, quien lo hizo arriero y jornalero.
Durante su estancia hizo meritos, gano experiencia en la difícil escuela de la vida, ahorro dinero y ascendió en su la ultima etapa de su estancia a administrador de la hacienda de Tahuejo.
Su empleo no fue muy remunerado pero si lo bastante para librarlo de la miseria de Valladolid y permitirle mantenerse, ayudar a su familia y formar una bolsa de ahorros para autofinanciarse al cabo de once años su carrera eclesiástica.
En el transcurso de esos once años se relaciono con gente destacada a nivel pueblerino de los lugares que visitaba: con el párroco, el justicia, el recaudador de rentas, el comerciante. Algunos de estos contactos reaparecerían en su etapa revolucionaria.
Hola ¿sabes donde se localiza la pintura de Miguel Zamora Ángeles que ilustra tu entrada?
ResponderEliminarSaludos
Graciela