Estar en el Parque Nacional Lic. Eduardo Ruiz es todo un deleite. Los colores saturan la vista de los paseantes, la frescura y la humedad se impregnan en el olfato y beber del agua que brota directamente de las filtraciones exalta los sentidos. Pero quizá lo más sorprendente sea el sonido que produce el golpeteo del agua de las fuentes, así como el roce del líquido al chocar contra las rocas que se encuentran en el cauce del río, al grado que pareciera que éste cantara en una sinfonía interminable.
Es hermoso, gracias por compartirlo :D
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