Nació en Autlán el 19 de abril de 1909. A corta edad siente profunda vocación por la pintura, es por ello que asistió durante algún tiempo con la Srita. María Guadalupe Michel Higareda, quien le inculcó la precisión y meticulosidad, característica de su obra que es basta y muy conocida. 
Creció en el antiguo Barrio de Las Montañas, lugar donde transcurrió su infancia y que plasmaría posteriormente en diversos cuadros. El pequeño Monrroy se sentía orgulloso de ser alumno de las distinguidas maestras María Mares y Jesusita Pelayo, quienes lograron detectar en el niño, la facilidad y el talento para el dibujo, estimulándolo a que desarrollara esta habilidad. A los 14 años se integró a la banda municipal tocando la tuba en los años 1923 y 1924.
En 1925, ingresó a la Academia de San Carlos, Participó en una exposición a los 17 años en el Palacio de Minería.
Con gran facilidad plasmó escenas costumbristas mexicanas, paisajes, bodegones y sobre todo retratos por encargo.
Incursionó en la pintura mural plasmando entre otros en el edificio de la antigua Escuela Vocacional de la Universidad de Guadalajara, tres murales.
En Autlán pueden admirarse varias de sus obras: En la Parroquia de Santa María de Guadalupe (Las Montañas), muchas en casas particulares, en el vestíbulo del Centro Escolar Chapultepec titulado “La Mexicaneidad”. Para este mural, Monrroy recurrió a la técnica de fresco sobre muro directo, y se podría decir que es una representación de la historia de México, desde la fundación de Tenochtitlán hasta los años cuarenta, terminando con una alegoría de la educación en Autlán, donde inmortaliza a sus maestros María Mares, Domingo Pérez y Jaime Llamas junto con otras personalidades de la localidad. De este mural (de 80 m2 ) el pintor comentó que además de plasmar etapas importantes de nuestra historia, quiso rendir un homenaje plástico a dos de sus pintores favoritos: Saturnino Herrán y Diego Rivera. Una vez concluido, inicia en 1945 otro mural, esta vez en el edificio de la Antigua Escuela Vocacional (hoy rectoría del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías), el cual tuvo que suspender por falta de apoyo así como por fuertes presiones ejercidas por grupos conservadores que se sintieron inconformes con los contenidos ideológicos ahí plasmados, basados primordialmente en los ideales de la revolución. El señor Adalid- un industrial de Monterrey- y el Ministro de Estado Marte R. Gómez, me llevaron a Coyoacán a presentarme con Diego Rivera, que me recibió con mucho comedimiento a pesar de ser un hombre muy serio. Hicimos amistad, él mismo reunió a Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros para estudiar mi problema de Guadalajara. Calificaron mi trabajo declarándolo satisfactorio y acordaron darme una carta firmada por los tres, la cual me pidieron la trajera personalmente a entregar. Así lo hice”. En el año de 1972 estando en Guadalajara y a petición de los universitarios, concluí el mural de la Escuela Vocacional.
En 1977 realiza lo que sería su tercer y último mural, esta vez en el corazón popular de Guadalajara: el Parián de San Juan de Dios ( Av. Juárez y Calzada Independencia) mural folclórico, donde quedaran plasmadas las múltiples manifestaciones artísticas populares de Jalisco y México.
Con gran facilidad plasmó escenas costumbristas mexicanas, paisajes, bodegones y sobre todo retratos por encargo.
Incursionó en la pintura mural plasmando entre otros en el edificio de la antigua Escuela Vocacional de la Universidad de Guadalajara, tres murales.
En Autlán pueden admirarse varias de sus obras: En la Parroquia de Santa María de Guadalupe (Las Montañas), muchas en casas particulares, en el vestíbulo del Centro Escolar Chapultepec titulado “La Mexicaneidad”. Para este mural, Monrroy recurrió a la técnica de fresco sobre muro directo, y se podría decir que es una representación de la historia de México, desde la fundación de Tenochtitlán hasta los años cuarenta, terminando con una alegoría de la educación en Autlán, donde inmortaliza a sus maestros María Mares, Domingo Pérez y Jaime Llamas junto con otras personalidades de la localidad. De este mural (de 80 m2 ) el pintor comentó que además de plasmar etapas importantes de nuestra historia, quiso rendir un homenaje plástico a dos de sus pintores favoritos: Saturnino Herrán y Diego Rivera. Una vez concluido, inicia en 1945 otro mural, esta vez en el edificio de la Antigua Escuela Vocacional (hoy rectoría del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías), el cual tuvo que suspender por falta de apoyo así como por fuertes presiones ejercidas por grupos conservadores que se sintieron inconformes con los contenidos ideológicos ahí plasmados, basados primordialmente en los ideales de la revolución. El señor Adalid- un industrial de Monterrey- y el Ministro de Estado Marte R. Gómez, me llevaron a Coyoacán a presentarme con Diego Rivera, que me recibió con mucho comedimiento a pesar de ser un hombre muy serio. Hicimos amistad, él mismo reunió a Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros para estudiar mi problema de Guadalajara. Calificaron mi trabajo declarándolo satisfactorio y acordaron darme una carta firmada por los tres, la cual me pidieron la trajera personalmente a entregar. Así lo hice”. En el año de 1972 estando en Guadalajara y a petición de los universitarios, concluí el mural de la Escuela Vocacional.
En 1977 realiza lo que sería su tercer y último mural, esta vez en el corazón popular de Guadalajara: el Parián de San Juan de Dios ( Av. Juárez y Calzada Independencia) mural folclórico, donde quedaran plasmadas las múltiples manifestaciones artísticas populares de Jalisco y México.
En 1990 Monrroy sufre un ataque de embolia, que lo obliga a mantener reposo y modificar sus hábitos, son tiempos difíciles para el pintor. En julio de 1992 regresa a Autlán con el apoyo de sus amigos y en un admirable esfuerzo, postrado en silla de ruedas, utiliza su mano izquierda para pintar. De esta etapa se calcula que existen más de 300 obras.
Se cree que su obra de caballete la integran más de tres mil cuadros, distribuidos en el país así como en Estados Unidos y Europa. En vida recibió diversos homenajes y distinciones. Falleció el día 19 de febrero de 2001 Autlán alguna vez en vida y así reza en su epitafio:
Se cree que su obra de caballete la integran más de tres mil cuadros, distribuidos en el país así como en Estados Unidos y Europa. En vida recibió diversos homenajes y distinciones. Falleció el día 19 de febrero de 2001 Autlán alguna vez en vida y así reza en su epitafio:
“Empecé a pintar con la absoluta convicción de que yo nací para pintor...por algo será, realmente toda mi vida he hecho cuadros...”
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